monicaco

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En lugar de vivir en una lujosa mansión en Beverly Hills o un pisito muy cuco enfrente del retiro, decidió instalarse en una casita que está a las afueras de un pueblo que está a las afueras de Madrid (cuando comprobó el fresquito que hace en la sierra descartó la idea de vivir a las afueras de la casa y se metió dentro).

En su jardín, además de las especies autóctonas (perros, conejos, lagartijas, urracas, cerditos vietnamitas, ponys y moscas) podemos tropezar con un dinosaurio agazapado en la espesura (si, debería podar más a menudo).

Un ser tan básico como monicaco se encuentra, evolutivamente hablando, muy cerca de los animales (hay pruebas de que su ADN y el del mapache orejudo de Borneo son casi idénticos) así que, siempre que puede se rodea de sus iguales.

Y aquí dejamos a este personaje, en su casita, rodeado de sus figuritas de Star Wars, sus animalitos, sus seres queridos y haciendo acopio de latas de fabada litoral para enfrentarse al inminente cataclismo cósmico que según todos los oráculos tendrá lugar el próximo mes de diciembre (si se lee esto después de esa fecha es porque evidentemente los pronósticos han fallado y el presente párrafo debe ser ingnorado por completo).